Décima XLII. PENA ESPURIA
Un arbitrio en la colmena
se deshace en su mejunje
y el alma se me compunge
en mi ya espuria pena.
¡Dolor hundido en la arena!.
Amor soslayado infecto
que no surte más efecto
ni desenmascara nada.
Mi alma sigue enamorada
de algo que fue amor perfecto.
José Mateo Angulo García
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